· 

Hipocalcemia en vacas lecheras

Introducción

También conocida como Fiebre Vitular, Fiebre de la Leche, Paresia Puerperal o Paresia Parturienta, entre otros nombres, la Hipocalcemia Puerperal consiste básicamente en un cuadro de hipocalcemia aguda, es decir, bajos niveles de calcio en el organismo (OLIVEIRA et al., 2006). Es uno de los principales desórdenes metabólicos que afectan a las vacas lecheras en el periparto, cuando una buena cantidad de calcio sale del torrente sanguíneo y va a la glándula mamaria muy rápidamente, antes de que haya absorción intestinal o reabsorción ósea (MC CAUGHAN, 1992 ; GOFF & HORST, 1994).

Es decir, en esta condición metabólica durante el parto y la lactancia temprana, se compromete la regulación de los niveles de calcio, con disminución del mineral en la sangre, responsable de disfunciones neuromusculares, especialmente parálisis flácida, alteraciones circulatorias y de conciencia. En general, todas las vacas lecheras pasan por esta bajada de calcio después del parto (período de gran demanda) por lo que es fundamental equilibrar la alimentación de estas hembras en el preparto (OLIVEIRA, et al., 2006).

Etiología

Como se mencionó anteriormente, dado este cambio en los niveles de calcio en la sangre alrededor del parto y la alta demanda del mineral, el cuerpo trabaja para aumentar la absorción intestinal de calcio, la resorción ósea (transferencia de calcio del tejido óseo a la sangre) y la reabsorción renal para adaptarse a la situación. Entre los principales factores relacionados con la hipocalcemia, se destaca la ingesta inadecuada de calcio, incluyendo una ingesta demasiado baja o demasiado alta, ya que cuando hay una ingesta muy baja, se produce una absorción ineficiente y cuando hay una ingesta excesiva, puede haber un compromiso. en el transporte activo de calcio y su reabsorción ósea.

El consumo excesivo de fósforo, impactando la relación calcio/fósforo en la dieta, el alto consumo de alimentos en el período seco, los animales obesos o con alta movilización de lípidos, el consumo excesivo de Mg, Zn, Oxalato, Fe y otros, son factores que también contribuyen a la hipocalcemia. Las vacas más viejas también tienen una menor absorción intestinal de calcio y una menor reabsorción de calcio, y aquellas vacas que ya han sido tratadas para la enfermedad en lactancias anteriores tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad nuevamente, en comparación con otros animales (AROEIRA, 1998).

Signos clínicos

Por lo general, los signos clínicos iniciales de la enfermedad incluyen la presencia de temblores musculares en la cabeza y las extremidades, lo que hace que los animales no puedan alimentarse ni caminar. En esta fase inicial es habitual el rechinar de dientes, así como la rigidez de las patas traseras, por lo que la vaca suele caerse y permanecer tumbada. En los casos en los que no existe un tratamiento adecuado, el animal es incapaz de mantenerse de pie durante largos periodos, tiene el cuello lateralizado y un estado de conciencia más bajo. En la fase posterior, la rigidez de las extremidades desaparece y da paso a la flacidez y la presencia de frío en las extremidades. Ante esta situación, es común que los animales dejen de rumiar y se produzca timpanismo, que puede resultar en la muerte si no hay una intervención farmacológica. En la última etapa, con la vaca todavía acostada de lado, con flacidez muscular,

Prevención

La prevención de la Fiebre de la Leche se puede lograr mediante una cuidadosa alimentación de los animales, por lo que es necesario controlar el suministro de calcio, después de todo las dietas preparto pobres en calcio ayudan a estimular la producción de PTH, que regula el calcio. También se recomienda ofrecer una dieta aniónica en la fase preparto (AROEIRA, 1998).

Tratamiento

Las vacas generalmente se recuperan pronto después de una inyección de calcio en la vena, pero no todas las vacas responden si el tratamiento no se lleva a cabo correctamente. Es importante tener cuidado con la dosis correcta de al menos 500 mL (1 mL/kg) y con la velocidad de aplicación del calcio, que debe ser lenta, ya que una aplicación rápida puede inducir un exceso de calcio en la sangre, lo que es peligroso para el organismo. cuerpo animal (OLIVEIRA, 2006).

El tratamiento se basa en la reposición de calcio de forma inmediata y al mismo tiempo con una administración cuidadosa, lenta y preferentemente asociada a un compuesto fluido vitamínico y energético. Así, JA Saúde Animal recomienda TurboCálcio, una solución inyectable lista para usar que contiene calcio, fósforo, magnesio, tiamina (vitamina B1), sorbitol y metionina, indicada en el tratamiento de la hipocalcemia y en la suplementación de minerales, aminoácidos y energía. en ganado. Otra alternativa de JA es Calfomag, un reponedor mineral y energético compuesto por calcio, fósforo y magnesio, además de contener una alta concentración de dextrosa (fuente de energía) y cafeína (acción estimulante). ¡Para más detalles visita nuestro sitio web!

Texto:

juliana ferreira melo

Veterinario / Periodista

Referencias

AROEIRA, LJM Fiebre de leche en vacas lecheras. Juiz de Fora, MG: EMBRAPA-CNPGL, 1998. 20p. (EMBRAPA-CNPGL. Documentos, 67)

GOFE, JP; HORST, RL Sales de calcio para el tratamiento de la hipocalcemia: efectos portadores, equilibrio ácido-base y administración oral versus rectal. Revista Dairy Science, Champaign, v. 77, núm. 6, pág. 1451-1456, 1994.

McCAUGHAN, CJ Tratamiento de trastornos minerales en bovinos. Clínicas veterinarias de América del Norte: práctica de alimentos para animales. Filadelfia, v. 8, núm. 1, pág. 107-119, 1992,

OLIVEIRA, VM de ; AROEIRA, LJM ; SILVA, MR  Cómo prevenir la “fiebre de la leche” en vacas lecheras.  Juiz de Fora: Embrapa Ganado Lechero, 2006. 4 p. (Embrapa Ganadería Lechera. Comunicado Técnico, 49.).

Escribir comentario

Comentarios: 0

NOTICIAS

  Vea los cinco pasos para ajustar su tasa de capacidad; descargue la hoja de cálculo para calcular la capacidad de soporte de pastos